La traducción y los code talkers de la Segunda Guerra Mundial

«Nuestra arma fue nuestro idioma»

7:48 a.m. del 7 de diciembre de 1941, Japón ataca la base militar norteamericana de Pearl Harbor en Hawái en un asalto con buques, aviones y kamikazes. El ataque termina con casi 4000 bajas estadounidenses y con una decisión que cambiaría definitivamente el curso de la Segunda Guerra Mundial: EEUU declara la guerra al Eje y comienza una caza isla por isla del Pacífico para acercarse cada vez más a Tokio y a la victoria.

En este escenario, descifrar los mensajes codificados que los mandos de cada bando se enviaban día y noche para dar órdenes, coordenadas, indicaciones sobre ataques, o solicitar munición y refuerzos significaba ganar, batalla a batalla, la guerra. Por eso, los servicios de inteligencia de los ejércitos americano y japonés cobraron especial importancia: por ejemplo, los estadounidenses consiguieron romper 75 códigos navales nipones y, por su parte, los japoneses descodificaban clave tras clave de los americanos.

La situación era obvia: quien consiguiera dar con un código indescifrable, podría ganar la guerra. La estrategia de los Aliados, entonces, se centró en dos líneas: la primera, descodificar los mensajes contrarios con iniciativas como la de la máquina Enigma; la segunda, crear una clave que sus oponentes fuesen incapaces de interpretar.

Para eso, a un ingeniero del Ejército de Estados Unidos se le ocurrió una idea en la que hasta el momento nadie había pensado: lo que había que hacer era crear un código dentro de un código. Este ingeniero, hijo de un misionero en una reserva navaja, había crecido rodeado de navajos y sabía perfectamente que su idioma era imposible de entender y extremadamente difícil de aprender: fuera de la tribu, tan solo unas 12 personas en el mundo tenían nociones del idioma. En mayo de 1942 se reclutó a 29 navajos y, cuando se confirmó que las claves funcionaban, el número subió hasta los 400 nativos americanos, que hablaban lenguas apenas conocidas fuera de sus tribus, para que cifraran y descifraran por radio mensajes en sus lenguas maternas que nadie más conocía: los code talkers. El campo de batalla empezó a ser escenario de conversaciones en comanche, choctaw, hopi, cheroqui y, especialmente, navajo. Además, los code talkers tenían que conocer el funcionamiento de las radios, entrar al campo de batalla para poder transmitir mensajes en tiempo real y cargar con el equipamiento de comunicación. El idioma de los navajos se convirtió en el idioma predilecto de la Marina de EEUU por su extremada dificultad incluso para tribus que estaban emparentadas con ellos.

A partir de ese momento, se adoptaron diferentes estrategias según la importancia y el secretismo de los mensajes. Había mensajes con un Código Tipo Dos, que simplemente se traducían de inglés a navajo, se retransmitían y se retraducían de navajo a inglés. Como el navajo no era un lenguaje que se hubiese utilizado nunca para librar una guerra moderna, los code talkers o locutores de claves tuvieron que crear palabras nuevas:

NAVAJO TRADUCCIÓN LITERAL DESCODIFICACIÓN
Chay-Da-Gahi Tortuga Tanque
Lo-Be-Ca Marisco (pez con cáscara) Torpedo
Be-Al-Doh-Tso-Lani Muchas armas grandes Artillería
Tsidi Pájaro Avión
Atsá Águila Avión de combate
Paaki Casa sobre el agua Barco
Atsah-Besh-Le-Gai Águila plateada Coronel
Ne-He-Ma Nuestra madre América
Bah-Na-Ali-Tsosie Ojo inclinado Japón

Con este vocabulario, en realidad, ni siquiera un navajo ajeno al código podría descifrar la conversación. La entendería, pero no tendría ningún sentido.

Sin embargo, había otros mensajes, los Códigos Tipo Uno. Estos contenían información vital para el desarrollo de la guerra, por lo que no era suficiente con traducirlos, sino que se pidió a los code talkers que creasen una clave secreta dentro de su idioma, el código dentro del código. El navajo, en aquel momento, no tenía forma escrita, así que los code talkers adoptaron un abecedario de 26 letras, cada una de las cuales se correspondía con una o varias palabras en inglés que empezaban por esa letra y que tenía traducción en navajo de este modo:

LETRA PALABRA EN INGLÉS PALABRA EN NAVAJO
A Ant (hormiga) Wol-La-Chee
C Cat (gato) Moasi
D Dog (perro) Lha-Cha-Eh
E Elk (alce) Dzeh
I Ice (hielo) Tkin
K Kid (niño) Klizzie-Yazzie
O Owl (búho) Ne-Ahs-Jah
R Rabbit (conejo) Gah
S Snake (serpiente) Klesh
V Victor A-Keh-Di-Glini

Según este código, este mensaje:

MOASI   NE-AHS-JAH   LHA-CHA-EH   DZEH   GAH   DZEH   MOASI   DZEH   TKIN   A-KEH-DI-GLINI   DZEH   LHA-CHA-EH

Se descodificaría como:

MOASI (C-Cat), NE-AHS-JAH (O-Owl), LHA-CHA-EH (D-Dog), DZEH (E-Elk), GAH (R-Rabbit), DZEH (E-Elk), MOASI (C-Cat), DZEH (E-Elk), TKIN (I-Ice), A-KEH-DI-GLINI (V-Victor), DZEH (E Elk), LHA-CHA-EH (D-Dog) à C-O-D-E   R-E-C-E-I-V-E-D

Es decir, código recibido.

El papel heroico de los locutores navajos y de otras tribus fue desconocido durante muchos años y, de hecho, estuvo clasificado hasta el 1968. A partir del 1982, el Congreso solicitó que el 14 de agosto se celebrase el Día de los Code Talkers “dedicado a todos los miembros de la Nación Navaja y a todos los nativos americanos que dieron su talento y su vida para que otro pudiesen vivir”.

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