Lenguaje inclusivo: empieza a usarlo

En nuestra anterior entrada del blog te contábamos qué era el lenguaje inclusivo y prometíamos instrucciones para usarlo correctamente en nuestra próxima entrada. ¡Aquí está esa entrada!

¿Por qué usar el lenguaje inclusivo?

Si, como decíamos, le tienes alergia a las equis, a las es y a las arrobas, no por ello tienes que dejar de utilizar el lenguaje inclusivo. ¿Cómo? Te lo enseñamos en este post, ¡sigue leyendo!

P.D.: Estos consejos también te serán útiles aunque te encanten las equis y las es. Precisamente porque no a todo el mundo le gustan, a veces una opción más neutra es la más adecuada. ¡Y no por ello debes sucumbir al masculino genérico!

Empezamos por una de las cuestiones más polémicas en torno al lenguaje inclusivo:

¿Se puede usar la @ y la x como marca de género?

Hay a quien le horroriza y a quien le encanta. ¿Están aceptadas en la lengua? ¿Lo estarán en algún momento?

Fundéu, por ejemplo, destaca su uso por parte del colectivo LGTB y dice que pueden «ser admisibles en ciertos contextos como una manifestación verbal creativa y provocadora, como un recurso gráfico más propio de pancartas y lemas, en los que visualmente puede resultar expresivo, pero se recomienda no emplearlo en textos generales, ya que además presenta el problema de la imposible pronunciación de las palabras resultantes». Te dejamos aquí un enlace al resto de su guía sobre el lenguaje inclusivo. ¡Súper interesante!

Sabemos que las lenguas son algo vivo y que cambia con el tiempo. Sin embargo, no tenemos poderes de adivinación para saber si algún día llegará a estar aceptado por las academias de la lengua. El caso es que, ahora mismo, no lo está.

Entonces, si no puedo usar @ ni x, ¿cómo puedo utilizar el lenguaje inclusivo?

Consejos para usar el lenguaje inclusivo:

  • Usa siempre el artículo femenino cuando te refieras al puesto o profesión de una mujer. Es decir, di «la capitana» y «la médica» en lugar de «la capitán» y «la médico».
  • Usa el desdoblamiento si quieres, ¡pero no abuses de él! Puede llegar a cansar. Además, el desdoblamiento no es ni mucho menos la única forma de ser inclusivo. Frente a él puedes usar nombres inclusivos. Por ejemplo:
    • sustantivos colectivos: alumnado, funcionariado, ciudadanía, presidencia…
    • sustantivos abstractos: dirección, alcaldía, presidencia…
  • Dale una pequeña vuelta a tus frases cuando sea necesario:
    • en lugar de «los trabajadores», ¿por qué no pruebas a usar «el equipo»?
    • en lugar de «sed bienvenidos», prueba a decir «os damos la bienvenida»; cambia «están muy interesados» por «tienen mucho interés», por ejemplo.
    • reformula expresiones como «quien solicite…» para evitar tener que usar «el/la que solicite…».
  • Utiliza determinantes y pronombres sin marca de género: mejor que «los participantes deben pagar la cuota», utiliza «cada participante debe pagar la cuota».

Tratar igual a hombres y a mujeres también es lenguaje inclusivo

Algo que no se suele tratar cuando hablamos de lenguaje inclusivo es la asimetría en las fórmulas de tratamiento. ¿A qué nos referimos?

Seguramente es algo que hayas visto en muchos titulares y publicaciones y que no sabías que tenía nombre. Hablamos de asimetría cuando se habla de muchas mujeres refiriéndose a ellas exclusivamente por su relación con otros hombres. Es decir, que ella es «la novia de…» mientras que él es «el actor», «el director», «el empresario», o cualquier otro puesto.

Por ello, evita expresiones como la mujer/novia de… a no ser que sean relevantes.

Es sencillo: trata de igual manera a todas las personas. Como dice Fundéu: «se observa con cierta frecuencia que en los medios se las menciona a veces a ellas solo por el nombre o con apelativos de confianza cuando a los varones se los denomina también con el apellido o mediante el cargo».

Contáctanos si necesitas cualquier de nuestros servicios, ¡cuenta con Attesor!

Contacto