Transliteración: la aliada de tu marca

Qué es la transliteración y cómo puede ayudarte

Una de las decisiones más importantes a la hora de internacionalizarnos es la de elegir cómo adaptar el nombre de nuestra marca. La transliteración puede ser tu mejor aliada si cuentas con los profesionales adecuados.

Es probable que hayas oído alguna vez que no todos los idiomas cuentan con los mismos sonidos. Y si nunca lo has oído, te lo contamos nosotros.

El caso es que, por esta misma razón, cada idioma tiene sonidos diferentes. Así que hay muchas formas diferentes en que podemos transcribir la misma palabra en otros idiomas.

Si esto ya pasa con dos lenguas relativamente cercanas como el inglés y el español, ¡imagínate cómo será cuando hablamos de lenguas tan alejadas como el japonés, el árabe o el chino! Lenguas que, además, usan sistemas de escritura diferentes.

Esto da lugar a que no siempre (casi nunca, de hecho) haya una única forma de adaptar el nombre de una marca a otros idiomas. El mayor problema, como es lógico, lo encontramos en los idiomas que no comparten alfabeto (como el inglés y el chino, o el español y el ruso).

¿Qué es la transliteración?

Es un tipo de adaptación que utilizamos cuando un texto necesita ser representado en otro idioma con un sistema de escritura diferente.

No hay una única manera de hacerla, por lo que la mejor opción siempre va a ser la de unificar la marca bajo un nombre y usar siempre el mismo.

Cuando estamos hablando de algo tan importante como el nombre de tu marca, querremos encontrar la mejor solución. Muchas veces se combinan varias estrategias para llegar a la mejor traducción posible del nombre.

traducción simple

¿Cómo funciona?

Hay varias formas de hacerlo: una transliteración simple, una traducción literal, una adaptación… Cada una resultará efectiva en una u otra situación, y saber ante cuál estamos determinará el éxito de tu campaña internacional. Por ello, no hay mejor consejo que este: cuenta con los mejores profesionales.

A continuación, las formas más comunes de localizar una marca:

Transliteración simple:

Es el método más utilizado, aunque no el único. Consiste simplemente en buscar una forma de adaptar el sonido del nombre de nuestra marca en el otro idioma.

Es el que en Attesor hemos utilizado, por ejemplo, para pasar el nombre de Quescrem al japonés (ケスクレーム, o «Kesukurēmu»).

Traducción literal:

Este es otro de los métodos más populares: traducir el significado al pie de la letra.

Fue, por ejemplo, el caso de Apple en china. La multinacional americana no se rompió mucho la cabeza para elegir su nombre en China. Se decidieron por 苹果 [píngguǒ], que significa ni más ni menos que «manzana».

Adaptación:

Pensemos en BMW. Sus siglas (Bayerische Motoren Werke, o «Fábricas de Motores Bávaras») no solo no significan nada en chino, sino que, además, resultan impronunciables.

¿La solución? Una adaptación del nombre de la marca: 宝马 [BAO MA], que significa «caballo valioso» y que, además, conserva las letras B y M.

«Caballo valioso» recuerda a los poemas de la china clásica, en donde estos animales eran el medio de transporte más importante y donde tener un «caballo valioso» significaba una auténtica garantía; consiguiendo de esta forma que el nombre de la marca resuene con los posibles consumidores.

¿Qué distingue una buena transliteración de una mala?

Hay que tener en cuenta que el nombre de nuestra marca debe:

  • ser distintivo
  • llamar la atención
  • ser único
  • ser memorable. Es decir, garantizar que se pueda recordar fácilmente

Por ello, la mejor opción muchas veces será elegir algo que no solo recuerde a la marca fonéticamente, sino que, además, refleje su significado. Esto es, hacer una combinación de esas formas de localización que hemos visto.

El de Coca-Cola es un caso especialmente particular que ya os contamos en nuestro blog hace algún tiempo.

Resumiendo: cuando Coca-Cola se expandió a China, decidieron transliterar su nombre como Kekoukela. Hasta ahí bien, pero el caso es que eso ya tiene un significado en chino: «Muerde el renacuajo de cera» o «Yegua rellena de cera» (dependiendo del dialecto que se hable en la zona, pero algo que no suena demasiado apetecible, vaya).

Esto no le pasó por alto a la multinacional, que hoy en día en China se conoce como ‘可口可乐 [ke-kou-ke-le], una palabra que, además de parecerse mucho fonéticamente, significa algo así como «felicidad en la boca». Es decir, una traducción impecable (si obviamos el primer error que los llevó a cambiarla).

No menos original es la forma en la que adaptaron la marca de zapatillas Reebok, que no solo suena similar en chino: 锐步 [ruìbù], sino que también tiene un significado acorde a su imagen de marca, «pasos rápidos».

La transliteración en otros idiomas

Cada idioma, como bien sabemos, es un mundo. Por suerte, no siempre nos será necesario hacer malabares con la lengua como en el caso del chino.

En este sentido, el chino y el japonés son muy diferentes, aunque puedan parecer muy similares a nuestros ojos.

El japonés es un idioma peculiar, ya que cuenta con 3 sistemas de escritura. Uno de ellos (Katakana) se utiliza para transcribir palabras de origen extranjero. Lo más habitual es que se transliteren los nombres de las marcas occidentales usando este sistema.

Igual de particular es el ruso. Un idioma cuyo alfabeto, aunque tiene es bastante similar al latino, no tiene una correlación de sonidos exacta, por lo que una misma palabra se puede transcribir de varias maneras diferentes.

Lo importante es ser consecuente con lo que hayamos elegido y, eso sí, tener en cuenta siempre el otro idioma. A veces, se da el caso de que un término que simplemente suena genial en su idioma de origen tiene otros matices (o directamente significados) en según qué lengua.

Esto lo saben de buena mano en la empresa japonesa Mitsubishi, donde ya de antemano desecharon el nombre de su modelo «Pajero» para los mercados hispanohablantes y lo presentaron como «Montero». Creo que no hace falta explicar el porqué.

Debemos tener mucho cuidado con el nombre que le damos a nuestra marca cuando nos internacionalizamos, son uno de los factores decisivos del éxito o el fracaso de nuestra marca.

Por ello, debes contar con los mejores profesionales para internacionalizarte.

En Attesor tenemos amplia experiencia en el sector; ya hemos ayudado a empresas a dar sus primeros pasos en otros mercados, ¡anímate tú también!

Te dejamos aquí un enlace para que conozcas nuestros servicios de internacionalización.

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